Había
una vez una chica que se llamaba Laia ( tenía 18 años).
La
chica era simpática cuando quería; muy orgullosa; rencorosa pero su
bondad podía con ella. Se preocupaba por la gente, los ayudaba, daba
sangre, intentaba hacer todo lo que podía…A veces como todos tenía
bajones pero podemos decir que era una chica de lo más normal,
alegre, amable….
Un
día su vida dio un cambio cuando empezó el nuevo curso.
Ella
no creyó que hiciera tantos amigos (aunque algunos los perdió por
el camino). Laia empezó a hablar con todos ellos, en el patio estaba
con su grupo riendo… y aún ahora los mantiene. Cómo iba diciendo
su vida dio un giro de trescientos sesenta grados cuando supo que
tenía que marchar a los Estados Unidos a vivir por qué a su padre
le habían dado un buen trabajo y ya tenía la nacionalidad
estadounidense. A Laia se le vendría el mundo encima ja que,
llevaba desde los 18 años aquí. Ella se negó de marchar, y propuso
quedarse a vivir con su abuela o a sus tíos… pero sus padres le
dijeron que no.
Ella
se enfadó mucho, encima estaba frustrada así que, decidió marchar
de casa un tiempo,. Así podría pensar en sus cosas ( no tubo en
cuenta el mal trago que haría pasar a sus padres al ver que ella no
estaba).
Así
pues, hizo la maleta y marchó. Hizo lo más fácil en vez de
quedarse y hacerle frente e ir a los Estados Unidos hizo lo más
sencillo marchar de casa.
Cuando
llegaron sus padres y vieron una carta y la leyeron se dieron cuenta
que su hija no estaba, intentaron llamarla al móvil pero vieron que
estaba en casa. Los padres mirando por su habitación vieron que
parte de la ropa faltaba igual que sus ahorros.
Decidieron
ir a la policía y explicaron el caso pero la policía los dijo que
no podían hacer nada porque era mayor de edad y que se había ido
por voluntad propia. Los padres se fueron de la comisaría enfadados
pero sabían que el agente tenía toda la razón.
Aunque
estuvieran preocupados decidieron darle un tiempo por qué sabían
que lo había hecho por el tema de irse a vivir a los Estados
Unidos. Los padres fueron fuertes ( aunque estarían sufriendo todos
los días) y la dejaron que fuera de aquí allá para que se
aclarara.
Laia
hacía horas que estaba en la estación de Sants pensando qué tren
coger donde ir... estuvo horas así horas pero al final vio uno que
le llamó mucho la atención puesto que era un nombre que no había
oído nunca y que debería de ser un pueblo pequeño y allá podría
reflexionar y ver que hacía.
Así
lo hizo, pagó el billete y fue aquel lugar. Perdonáis! No he dicho
donde iba el lugar desconocido donde iba Laia se decía Wood.
Tardó
unas 4 horas al llegar aquel lugar.
Una
vez llegó vio aquel paisaje y se quedó alucinada puesto que tenía
unas montañas muy altas y era de un color muy verde; con animales
con 4 casas contadas eran rústicas de piedra y madera con
chimeneas; con jardín... era un pueblo pequeño, guapo y moderno a
la vez. Paseó por el pueblo e iba preguntando si alguien la podía
acoger unos días que pagaría los gastos, pero todo el mundo le
decía que no. La gente de aquel pueblo era muy desconfiada porquè
recibian pocas veces turistas.
Ella
se iba desesperando porque veía que acabaría durmiendo al aire
libre y se moriría de frío. De repente apareció una casa que
estaba cómo escondida y hacía un poco de miedo. Laia decidió picar
para preguntar le salió un hombre de unos treinta años con barba y
muy alto y le dijo que si que lo aceptaba en casa suya unos días.
Así
lo hizo entró y vio que la casa era inmensa y comprobó que la
fachada la había engañado.
El
chico se presentó y le dijo que se llamaba Dave y que vivía allá
por la tranquilidad y porque haciendo turismo se enamoró de aquel
lugar. Le dijo que él no era de aquí sino de México y que había
aprendido el catalán, sus tradiciones con unos meses.
Laia
se quedó sorprendida por lo que le estaba diciendo no se esperaba
que fuera extranjero a demás apenas se le notaba el acento mexicano.
Estuvieron hablando toda la noche. Ella le dijo que se había ido de
casa porque no quería ir a los Estados Unidos y dejarlo todo para ir
tan lejos para ir a un lugar desconocido y dejar los amigos que
tenía, no estaba dispuesta a hacerlo... Entonces Dave le hizo
reflexionar y lo hizo diciéndole que era una egoísta y que sólo se
había mirado por ella misma al irse de casa y negándose ir a los
Estados Unidos.
Él
le dijo que tenía que pensar en sus padres que tampoco les era fácil
irse y hacerlas marchar pero que una oportunidad tan buena no se
podía dejar escapar y tampoco se podía decir que no, ja que sino
se prueba te puedes arrepentirte.
Laia
empezó a darse cuenta de que lo que había hecho era una tontería y
que había sido egoísta... Entonces Dave le dejó el teléfono para
que llamara a sus padres y les dijera que estaba bien y que de aquí
unos días volvería a casa. Sus padres al recibir la llamada de su
hija se quedaron más tranquilos al saber que estaba bien, y en unos
días la volverían a tener en casa.
Entonces
Dave que estuvo escuchando la conversación le dijo que estaba
orgulloso porque había reconocido su error y los dos se fueron a
dormir porque ya era bastante tarde. Laia estaba estirada en la cama
e iba pensando en todo hasta que se fue quedando dormida poco a poco,
puesto que, estaba cansada había sido un día bastante movido.
El
día siguiente por la mañana Laia se despertó y vio que no había
sido un sueño entonces entendió que el que había hecho no estaba
nada bien.
Acompañó
a Dave a hacer los trabajos que tenía que hacer él: recoger leña,
ordeñar las vacas, ovejas... mientras hacían los trabajos Dave
todavía iba ayudando a Laia por que así ella veías que no era
tanto doloroso irse fuera y le explicó su caso. Le dijo que el
aprendió un nuevo idioma no es tan difícil sino que depende de las
ganas que tengas te costará más o menos y sino que le mire a él
como él siendo mexicano hablaba perfectamente catalán. También le
dijo que ir a los Estados Unidos no era tan malo como ella lo pintaba
puesto que, es un país muy prestigioso y que allá son muy abiertos
y la acogerían en seguida y haría nuevos amigos sin ningún
problema siempre y cuando una se abra y quiera hacer nuevas
amistades.
A
la cabo de unos días de estar allá con Dave e ir hablando y
reflexionando decidió que era el momento de afrontar las cosas y
marcharse a los Estados Unidos. Se despidió de Dave y cogió el
tren de vuelta en Sants y de allá fue hacia casa.

Laia
llegó a casa y tenía miedo de lo que podía pasar pero no pasó
nada pidió perdón y sus padres las aceptaron porque entendian su
reacción.
Aquel
mismo verano (todo esto pasó por semana Santa) todos se fueron a los
Estados Unidos. Laia se despidió de todos sus amigos, familia y le
mandó una carta a Dave despidiéndose, y dándole las gracias por
todo. Fue fuerte y fue a emprender una nueva vida.
Actualmente
Laia tiene 25 años está muy orgullosa de estar en los Estados
Unidos, y no hay un solo día que no le dé las gracias a Dave por
cómo la hizo reflexionar y como la ayudó ( todavía ahora se van
escribiendo para ponerse al día). Laia es una psicóloga muy
conocida y prestigiosa y ella dice que nunca se tiene que cerrar
puertas a nuevas oportunidades porque quien sabe sino hubiera ido
puede ser no hubiera sido una buena psicóloga y esto siempre lo dice
porque la gente no haga su error y habla mucho sobre quién la ayudó
a darse cuenta porque si cierras la puerta puede ser que mas
adelante te arrepientes y lo más seguro que ella lo hubiera hecho
pero gracias a un amigos no ha tenido la suerte de
arrepentirse.
La
moralidad de esta historia: nunca digas que no a una oportunidad o a
una cosa nueva porque puedes arrepentirte siempre y nunca podrás
saber si hubiera ido bien o mal. Siempre se tiene que probar nuevas
cosas aunque puedan salir bien o mal. Nunca digas que no a una cosa
sin haberla probado!!!!